¿QUIEN ES LA VIGEN DE GUADALUPE?

¿QUIEN ES LA VIGEN DE GUADALUPE?
El Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe es único entre todos los grandes centros de devoción mariana, porque aquí se ha conservado y se venera el hermosísimo retrato de María Inmaculada Madre de Dios, en la tilma del humilde indio, San Juan Diego
, que fue pintado por pinceles que no eran de este mundo.

sábado, 4 de diciembre de 2010

LA TILMA DE JUAN DIEGO

LA TILMA DE JUAN DIEGO

La tilma en la cual la imagen de la Santísima Virgen apareció, está hecha de fibra de maguey. La duración ordinaria de esta tela es de veinte años a lo máximo. Tiene 195 centímetros de largo por 105 de ancho con una sutura en medio que va de arriba a abajo.

Impresa directamente sobre esta tela, se encuentra la hermosa figura de Nuestra Señora. El cuerpo de ella mide 140 centímetros de alto.

Esta imagen de la Santísima Virgen es el único retrato auténtico que tenemos de ella. Su conservación en estado fresco y hermoso por más de cuatro siglos, debe considerarse milagrosa. Se venera en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México, donde ocupa el sitio de honor en el altar mayor.

La Sagrada Imagen duró en su primera ermita desde el 26 de diciembre, 1535 hasta el ano de 1622.

La segunda iglesia ocupó el mismo lugar donde se encuentra hoy la Basílica. Esta duró hasta 1695. Unos pocos años antes fue construida la llamada Iglesia de los Indios junto a la primera ermita, la cual sirvió entonces de sacristía para el nuevo templo. En 1695, cuando fue demolido el segundo templo, la milagrosa imagen fue llevada a la Iglesia de los Indios donde se quedó hasta 1709 fecha en que se dedicó el nuevo hermoso templo que todavía despierta la admiración de Mexicanos y extranjeros.

LA CORONACIÓN

El doce de octubre de 1895 la bendita imagen de la Santísima Virgen fue coronada por decreto del Santo Padre, León XIII, y el doce de octubre de 1945, cincuentenario de la coronación, su Santidad Pío XII en su célebre radio mensaje a los Mexicanos le aplicó el titulo de Emperatriz de las Américas.

Muy recientemente, el doce de octubre de 1961, su Santidad Juan XXIII, dirigió un radio mensaje a los Congresistas del II Congreso Interamericano Mariano quienes se encontraron presentes dentro de la Nacional e Insigne Basílica de Guadalupe. En este día, a las doce en punto, se escuchó la sonora voz del Santo Padre quien pronunció las siguientes palabras:

Amadísimos Congresistas y fieles todos de América:

María, Madre de Dios y Madre nuestra, esa tierna palabra que estos días vuestros labios repiten sin fin con el título bendito de Madre de Guadalupe, abre este nuestro saludo que dirigimos a cuantos tomáis parte en el Segundo Congreso Mariano Interamericano y a todos los países de América.

Feliz oportunidad ésta del 50 aniversario del Patronato de María Santísima de Guadalupe sobre toda la América Latina, que tanto bien ha producido entre los pueblos del Continente, para alentaros en vuestras manifestaciones de mutuo amor y de devoción a la que es Madre de vida y Fuente de gracia.

Día histórico aquél doce de octubre en que el grito "tierra" anunciaba la unión de dos mundos, hasta entonces desconocidos entre sí, y señalaba el nacimiento a la fe de esos dos continentes; a la fe en Cristo -"luz verdadera que ilumina a todo hombre"- (Jo. 1, 9.) de la cual María es como la "aurora consurgens" que precede la claridad del día. Más adelante "la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive", derrama su ternura y delicadeza maternal en la colina, del Tepeyac, confiando al indio Juan Diego con su mensaje unas rosas que de su tilma caen mientras en ésta queda aquél retrato suyo dulcísimo que manos humanos no pintaran.

Así quería Nuestra Señora continuar mostrando su oficio de Madre: Santa María de Guadalupe, siempre símbolo y artífice de esta fusión que formaría la nacionalidad mexicana y, en expansión cargada de sentidos, rebasaría las fronteras para ofrecer al mundo ese coro magnífico de pueblos que rezan en español.

Primero Madre y Patrona de México, luego de América y de Filipinas: el sentido histórico de su mensaje iba cobrando así plenitud, mientras abría sus brazos a todos los horizontes en un anhelo universal de amor.

Abre el alma a la esperanza cuando en ese mismo Continente se viene estudiando y poniendo en práctica para elevar el nivel de vidas de los pueblos humanos. Vemos con aplauso las iniciativas encaminadas a procurar personal preparado para el apostolado a los países escasos de clero o de religiosos en el deseo de sostener su fe y de continuar la misión salvadora de la Iglesia.

¡Cuánto podrá ayudar a mantener vivos estos ideales cristianos de fraternidad vuestro Congreso! Qué altura y qué nobleza adquieren las relaciones entre los individuos y los pueblos cuando se las contempla a la luz de nuestra fraternidad en Cristo: "onmes vos fratres estis" (Mat. 23,8) según proclama el lema de vuestro Congreso. .

Y cuanto en esta convivencia alienta el amor y la consideración de una Madre común, entonces los vínculos de la familia humana adquieren la eficacia de algo más vital, más sentido que sublima el poder y la fuerza de cualquier ley.

Tenéis ahí a María, la Madre común, puesto que es Madre de Cristo, la que con su solicitud y compasión maternal ha contribuido a que se nos devuelva la vida divina y sobrenatural, la que en la persona del discípulo amado nos fue donada como Madre espiritual por Cristo mismo en la cruz.

Salve Madre de América! Celestial Misionera del nuevo Mundo, que desde el Santuario del Tepeyac has sido, durante más de cuatro Siglos Madre y Maestra en la fe de los pueblos de América. Sé también su amparo y sálvalos oh Inmaculada María; asiste a sus gobernantes, infunde nuevo celo a sus Prelados, aumenta las virtudes en el clero; y conserva siempre la fe en el pueblo.

Oiga María estos votos para que los presente a Cristo en cuyo nombre y con el más vivo afecto de nuestro corazón de Padre os bendecimos.

LA CIENCIA ANTE EL MISTERIO DE LA VIRGEN DE GUADALUPE

La tilma de Juan Diego

http://multimedios.org/docs/d001314

ESTUDIOS

http://www.virgendeguadalupe.org.mx/Estudios.htm

El Secreto de los ojos de la Virgen de Guadalupe

El Misterio de las estrellas del Manto de la Virgen de Guadalupe


Virgen de Guadalupe entre la Ciencia y la Fe 1/5




NOVENA

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE













Las novenas se inician el 3 de diciembre
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(novena)
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(serenata)
( video de novena)

Novena De 5 Dias A Nuestra Señora de Guadalupe

1.Extractos de los mensajes de Amor Santo y Amor Divino NOVENA DE CINCO DÍAS A NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE "Confiamos a Santa María de Guadalupe, Patrona de México y de todo el continente, el destino de los pueblos americanos y de su nueva evangelización" Juan Pablo II, enero 1999.

2.Se trata de una devoción pública o privada que se realiza durante nueve días en la Iglesia Católica y cuya intención es obtener gracias especiales. Novena La novena no sólo es permitida sino también recomendada por la autoridad eclesiástica, aún cuando no tenga un lugar o sitio definido en la liturgia de la Iglesia. Con todo ello, cada vez más los fieles la realizan, la llevan a cabo. Se distinguen cuatro tipos de novenas: de duelo, de preparación, de oración y de indulgencias. Esta distinción, no obstante, no es exclusiva. Los católicos conocen por su propia experiencia, que las novenas no son algo pagano, supersticioso o sólo derivado de la costumbre, sino uno de los mejores medios para obtener gracias celestiales, y en lo que se incluye la intersección de Nuestra Señora y de todos los santos. Benedicto XIV 12 de Diciembre “Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe” Aunque la novena puede realizarse en cualquier momento del año para pedir una gracia especial, también se recomienda como preparación al día de la fiesta.

3.LA SEÑAL DE LA CRUZ En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. “Queridos Hijos, les pido: recuerden que la señal de la cruz es una oración. No son sólo palabras para que se pronuncien rápidamente y llegar así a las verdaderas oraciones. Cuando se dicen devotamente desde el corazón, es una eficaz oración de preparación para todas las oraciones siguientes.” “ Cuando el amor del hombre se une al Amor Divino, es una fuerza que ningún arma sofisticada, ninguna artimaña de Satanás, ningún movimiento de la libre voluntad puede igualar o equiparar. Esta es el arma que ustedes necesitan utilizar para poner fin a la guerra, al terrorismo, a la degeneración moral, a la pobreza y a la enfermedad. La oración de amor que los une al Amor Divino es lo que deben buscar y utilizar. … el arma más poderosa de todas las armas: la oración amorosa.” “El Padre Eterno desea cooperar con ustedes y que se unan a Él, haciendo de cada oración el arma más potente posible contra el mal.” ORACION PARA DISPONERSE A ORAR Padre Celestial, te doy mi amor. Toma esta oración como una pizca de amor del mi corazón y envuélvela con el Amor Divino. Haz esta oración un instrumento de Tu Divina Voluntad. Amén. María, 15 de Septiembre 2008

4.DÍA UNO Inmaculada y Perpetua Virgen de Guadalupe, Tú te apareciste en el Cerro del Tepeyac para reconciliar a la humanidad con Dios. En este día, suplica e intercede ante Jesús, Tu Hijo, para que se forme un vínculo de Amor Santo entre toda la humanidad y Dios. Nuestra Señora de Guadalupe, ¡Ruega por nosotros!

5.DÍA DOS Inmaculada y Perpetua Virgen de Guadalupe, dejaste Tu Imagen en la tilma de Juan Diego, usando un humilde vaso para traer Tu Gracia al mundo. Imprime en nuestros corazones la virtud de la humildad, querida Madre, y úsanos para traer a otros a Ti. Nuestra Señora de Guadalupe, ¡Ruega por nosotros!

6.DÍA TRES Inmaculada y Perpetua Virgen de Guadalupe, Tu Imagen de Guadalupe fue una narración simbólica para los Aztecas, convirtiéndolos del paganismo al Cristianismo. Ruega por nosotros, querida Madre, para que nuestras vidas sean símbolos de Amor Santo, convirtiendo a los que nos rodean. Nuestra Señora de Guadalupe, ¡Ruega por nosotros!

7.DÍA CUATRO Inmaculada y Perpetua Virgen de Guadalupe, Tu Imagen ha permanecido intacta por siglos en la tilma de frágil fibra del ayate, libre de la corrupción de los elementos de mundo. Danos, querida Madre, una fe constante y duradera, una fe que no esté condicionada por el mundo. Nuestra Señora de Guadalupe, ¡Ruega por nosotros!

8.DÍA CINCO Inmaculada y Perpetua Virgen de Guadalupe, te proclamaste a Ti misma Nuestra Madre y Protectora cuando te apareciste en el Cerro del Tepeyac. Llévanos a Tu Corazón Maternal, querida Madre, y protege nuestra fe. Nuestra Señora de Guadalupe, ¡Ruega por nosotros!

9.Para recibir los Mensajes de Amor Santo y Divino Mándanos un mail a info @amorsanto.com O puedes consultarlos en línea en www.amorsanto.com Compartimos contigo la Bendición Completa de los Corazones Unidos. Les extendemos también la Unción de San Miguel. Oración a Nuestra Señora de Guadalupe Patrona de México y Emperatriz de las Américas "Madre Santísima de Guadalupe. Madre de Jesús, condúcenos hacia tu Divino Hijo por el camino del Evangelio, para que nuestra vida sea el cumplimiento generoso de la voluntad de Dios Condúcenos a Jesús, que se nos manifiesta y se nos da en la Palabra revelada y en el Pan de la Eucaristía. Danos una fe firme, una esperanza sobrenatural, una caridad ardiente y una fidelidad viva a nuestra vocación de bautizados. Ayúdanos a ser agradecidos a Dios, exigentes con nosotros mismos y llenos de amor para con nuestros hermanos. Amén;


ORACIONES

ORACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE

¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todos nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.

ORACIONES DIARIAS

(hacer clic) http://www.virgendeguadalupe.org.mx/oraciones/Dia.htm

ORACIÓN DE JUAN PABLO II

Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!

Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.

Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los Obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.

Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.

Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver e El, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el Sacramento de la Penitencia, que trae sosiego al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos Sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos, Amén.

ORACIONES DIVERSAS


Dios de poder y de misericordia, bendeciste las Américas en el Tepeyac con la presencia de la Virgen María de Guadalupe. Que su intercesión ayude a todos, hombres y mujeres, a aceptarse entre sí como hermanos y hermanas.

Por tu justicia, presente en nuestros corazones, reine la paz en el mundo. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


Santa María de Guadalupe, Mística Rosa, intercede por la Iglesia, protege al Soberano Pontífice, oye a todos los que te invocan en sus necesidades. Así como pudiste aparecer en el Tepeyac y decirnos: "Soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios", alcánzanos de tu Divino Hijo la conservación de la Fe. Tu eres nuestra dulce esperanza en las amarguras de esta vida. Danos un amor ardiente y la gracia de la perseverancia final. Amén.


Virgen Santísima de Guadalupe, Madre de Dios, Señora y Madre nuestra. Venos aquí postrados ante tu santa imagen, que nos dejaste estampada en la tilma de Juan Diego, como prenda de amor, bondad y misericordia. Aún siguen resonando las palabras que dijiste a Juan con inefable ternura: "Hijo mío queridísimo, Juan a quien amo como a un pequeñito y delicado," cuando radiante de hermosura te presentaste ante su vista en el cerro del Tepeyac.

Haz que merezcamos oír en el fondo del alma esas mismas palabras. Sí, eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre, la mas tierna, la mas compasiva. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos bajo el manto de tu protección te quedaste en tu imagen de Guadalupe.

Virgen Santísima de Guadalupe, muestra que eres nuestra Madre. Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en las tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades. En los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte, míranos con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros.


Virgen de Guadalupe, Madre de América. Tiende tu protección sobre todas las naciones del Continente y renueva su fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Suscita propósitos de equidad y rectitud en sus gobernantes. Protege a los hermanos de Juan Diego para que no sufran discriminación. Cuida a los niños. Guarda la unidad de las familias... Que desde esta tu Imagen manifiestes siempre tu clemencia, tu compasión y tu amparo. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Nuestra Señora de Guadalupe Patrona de México y Emperatriz de las Américas

"Madre Santísima de Guadalupe. Madre de Jesús, condúcenos hacia tu Divino Hijo por el camino del Evangelio, para que nuestra vida sea el cumplimiento generoso de la voluntad de Dios

Condúcenos a Jesús, que se nos manifiesta y se nos da en la Palabra revelada y en el Pan de la Eucaristía Danos una fe firme, una esperanza sobrenatural una caridad ardiente y una fidelidad viva a nuestra vocación de bautizados. Ayúdanos a ser agradecidos a Dios, exigentes con nosotros mismos y llenos de amor para con nuestros hermanos.Amén"

Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de nuestra patria. Aquí nos tienes humildemente postrados ante tu prodigiosa imagen. En Ti ponemos toda nuestra esperanza. Tu eres nuestra vida y consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada podremos temer. Ayúdanos en nuestra peregrinación terrena e intercede por nosotros ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos la eterna salvación del alma. Amén.

Oración a Nuestra Señora de Guadalupe
Patrona de México y Emperatriz de las Américas

"Madre Santísima de Guadalupe. Madre de Jesús,
condúcenos hacia tu Divino Hijo por el camino del Evangelio,
para que nuestra vida sea el cumplimiento generoso
de la voluntad de Dios
Condúcenos a Jesús,
que se nos manifiesta y se nos da en la Palabra revelada
y en el Pan de la Eucaristía
Danos una fe firme,
una esperanza sobrenatural
una caridad ardiente
y una fidelidad viva
a nuestra vocación de bautizados.
ayúdanos a ser agradecidos a Dios,
exigentes con nosotros mismos y llenos de amor
para con nuestros hermanos.
Amén"

APARICIONES

APARICIONES

La primera aparición:

En la madrugada del sábado, 9 de diciembre de 1531, en la cumbre de Tepeyac. Se le aparece a Juan Diego, que iba camino a Tlatelolco y le pide que le construya un templo. Le dice que vaya a ver al obispo Juan de Zumárraga, que no lo cree. Juan Diego regresa a Tepoyac para decirle a la virgen que no pude cumplir con su cometido.

La segunda aparición:

tarde del sábado, 9 de diciembre de 1531, en la cumbre de Tepeyac. Juan Diego protesta ante la virgen que no puede cumplir sus peticiones, pero la Virgen le indica que debe seguir sus indicaciones. Juan Diego regresa a casa del obispo, que tampoco le cree, aunque le exige una prueba. El obispo ordena a sus criados que sigan a Juan Diego para que puedan comprobar su historia.

La tercera aparicion:

tarde del domingo, 10 de diciembre de 1531, en la cumbre de Tepeyac. Juan Diego desaparece ante sus seguidores y se le aparece la virgen, que le pide que regrese al día siguiente para recoger la prueba. Pero Juan Diego prefiere atender a su tío Bernardino, y buscar a un sacerdote que le de la extremaunción.

La cuarta aparición:

madrugada del martes 12 de diciembre de 1531, al pie de Tepeyac, donde está ahora la capilla del Pocito, y luego bajo un árbol llamadado Cazahuate. La virgen ofrece un mensaje de fe y esperanza, y repite que quiere que se construya un templo. Le indica a Juan Diego que suba al monte a recoger las rosas, y Juan Diego las pone en su timla.

La quinta aparición:


madrugada del martes 12 de diciembre de 1531, al pie de Tepeyac, le ruega a Juan Diego que interceda con las rosas ante el obispo. Y luego se aparece ante el tío Bernardino, curándole inmediatamente.

HISTORIA




HISTORIA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE EMPERATRIZ DE AMERICA
HAZ CLIC A LA IMAGEN(1 parte)

Diez años después de la conquista de México, el día 9 de diciembre de 1531, Juan Diego iba rumbo al Convento de Tlaltelolco para oír misa , milagrosamente se apareció la perfecta virgen santa maría madre de Dios, nuestra reina, allá en el Tepeyac, de renombre Guadalupe.

Primero se hizo ver de un indito, su nombre Juan Diego; y después se apareció su preciosa imagen delante del reciente obispo don Fray Juan de Zumárraga.

1. Diez años después de conquistada la ciudad de México, cuando ya estaban depuestas las flechas, los escudos, cuando por todas partes había paz en los pueblos,

2. así como brotó, ya verdece, ya abre su corola la fe, el conocimiento de Aquél por quien se vive: el verdadero Dios.

3. En aquella sazón, el año 1531, a los pocos días del mes de diciembre, sucedió que había un indito, un pobre hombre del pueblo,

4. Su nombre era Juan Diego, según se dice, vecino de Cuauhtitlán,

5. y en las cosas de Dios, n todo pertenecía a Tlatilolco.

6. Era sábado, muy de madrugada, venía en pos de Dios y de sus mandatos.

7. Y al llegar cerca del cerrito llamado Tepeyac ya amanecía.

8. Oyó cantar sobre el cerrito, como el canto de muchos pájaros finos; al cesar sus voces, como que les respondía el cerro, sobremanera suaves, deleitosos, sus cantos sobrepujaban al del coyoltototl y del tzinitzcan y al de otros pájaros finos.

9. Se detuvo a ver Juan Diego. Se dijo: ¿Por ventura soy digno, soy merecedor de lo que oigo? ¿Quizá nomás lo estoy soñando? ¿Quizá solamente lo veo como entre sueños?

10. ¿Dónde estoy? ¿Dónde me veo? ¿Acaso allá donde dejaron dicho los antiguos nuestros antepasados, nuestros abuelos: en la tierra de las flores, en la tierra del maíz, de nuestra carne, de nuestro sustento; acaso en la tierra celestial?

HAZ CLIC IMAGEN(2 parte)

11. Hacia allá estaba viendo, arriba del cerrillo, del lado de donde sale el sol, de donde procedía el precioso canto celestial.

12. Y cuando cesó de pronto el canto, cuando dejó de oírse, entonces oyó que lo llamaban, de arriba del cerrillo, le decían: "JUANITO, JUAN DIEGUITO".

13. Luego se atrevió a ir a donde lo llamaban; ninguna turbación pasaba en su corazón ni ninguna cosa lo alteraba, antes bien se sentía alegre y contento por todo extremo; fue a subir al cerrillo para ir a ver de dónde lo llamaban.

14. Y cuando llegó a la cumbre del cerrillo, cuando lo vio una Doncella que allí estaba de pie,

15. lo llamó para que fuera cerca de Ella.

16. Y cuando llegó frente a Ella mucho admiró en qué manera sobre toda ponderación aventajaba su perfecta grandeza:

17. su vestido relucía como el sol, como que reverberaba,

18. y la piedra, el risco en el que estaba de pie, como que lanzaba rayos;

19. el resplandor de Ella como preciosas piedra, como ajorca (todo lo más bello) parecía

20. la tierra como que relumbraba con los resplandores del arco iris en la niebla.

Haz clic a la imagen(3 parte)

21. Y los mezquites y nopales y las demás hierbecillas que allí se suelen dar, parecían como esmeraldas. Como turquesa aparecía su follaje. Y su tronco, sus espinas, sus aguates, relucían como el oro.

22. En su presencia se postró. Escuchó su aliento, su palabra, que era extremadamente glorificadora, sumamente afable, como de quien lo atría y estimaba mucho.

23. Le dijo:- "ESCUCHA, HIJO MÍO EL MENOR, JUANITO. ¿ADÓNDE TE DIRIGES?"

24. Y él le contestó:_ "Mi Señora, Reina, Muchachita mía, allá llegaré, a tu casita de México Tlatilolco, a seguir las cosas de Dios que nos dan que nos enseñan quienes son las imágenes de Nuestro Señor: nuestros sacerdotes"

25. Enseguida, con esto dialoga con él, le descubre su preciosa voluntad;

26. le dice: "SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA.

27. EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO:

28. LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN:

29. PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA,

30. TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO,

31. Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ,

32. PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES.

33. Y PARA REALIZAR LO QUE PRETENDE MI COMPASIVA MIRADA MISERICORDIOSA, ANDA AL PALACIO DEL OBISPO DE MEXICO, Y LE DIRÁS QUE CÓMO YO TE ENVÍO, PARA QUE LE DESCUBRAS CÓMO MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME PROVÉA DE UNA CASA, ME ERIJA EN EL LLANO MI TEMPLO; TODO LE CONTARÁS, CUANTO HAS VISTO Y ADMIRADO, Y LO QUE HAS OÍDO.

34. Y TEN POR SEGURO QUE MUCHO LO AGRADECERÉ Y LO PAGARÉ,

35. QUE POR ELLO TE ENRIQUECERÉ, TE GLORIFICARÉ;

36. Y MUCHO DE ALLÍ MERECERÁS CON QUE YO RETRIBUYA TU CANSANCIO, TU SERVICIO CON QUE VAS A SOLICITAR EL ASUNTO AL QUE TE ENVÍO.

37. YA HAS OÍDO, HIJO MÍO EL MENOR, MI ALIENTO MI PALABRA; ANDA, HAZ LO QUE ESTÉ DE TU PARTE".

38. E inmediatamente en su presencia se postró; le dijo:_ "Señora mía, Niña, ya voy a realizar tu venerable aliento, tu venerable palabra; por ahora de Ti me aparto, yo, tu pobre indito".

39. Luego vino a bajar para poner en obra su encomienda: vino a encontrar la calzada, viene derecho a México.

40. Cuando vino a llegar al interior de la ciudad, luego fue derecho al palacio del obispo, que muy recientemente había llegado, gobernante sacerdote; su nombre era D. Fray Juan de Zumárraga, sacerdote de San Francisco.

41. Y en cuanto llegó luego hace el intento de verlo, les ruega a sus servidores, a sus ayudantes, que vayan a decírselo;

42. después de pasado largo rato vinieron a llamarlo, cuando mandó el señor obispo que entrara.

43. Y en cuanto entró, luego ante él se arrodilló, se postró, luego ya le descubre, le cuenta el precioso aliento, la preciosa palabra de la Reina del Cielo, su mensaje, y también le dice todo lo que admiró lo que vio, lo que oyó.

44. Y habiendo escuchado toda su narración, su mensaje, como que no mucho lo tuvo por cierto,

45. le respondió, le dijo: "Hijo mío, otra vez vendrás, aun con calma te oiré, bien aun desde el principio miraré, consideraré la razón por la que has venido, tu voluntad, tu deseo".

46. Salió; venía triste porque no se realizó de inmediato su encargo.

47. Luego se volvió, al terminar el día , luego de allá se vino derecho a la cumbre del cerrillo,

48. y tuvo la dicha de encontrar a la Reina del Cielo: allí cabalmente donde la primera vez se le apareció, lo estaba esperando.

49. Y en cuanto la vio, ante Ella se postró, se arrojó por tierra, le dijo:

50. "Patroncita, Señora, Reina, Hija mía la más pequeña, mi Muchachita, ya fui a donde me mandaste a cumplir tu amable aliento, tu amable palabra; aunque difícilmente entré a donde es el lugar del gobernante sacerdote, lo vi, ante él expuse tu aliento, tu palabra, como me lo mandaste.

51. Me recibió amablemente y lo escuchó perfectamente, pero, por lo que me respondió, como que no lo entendió, no lo tiene por cierto.

52. Me dijo: "Otra vez vendrás; aun con calma te escucharé, bien aun desde el principio veré por lo que has venido, tu deseo, tu voluntad".

53. Bien en ello miré, según me respondió, que piensa que tu casa que quieres que te hagan aquí, tal vez yo nada más lo invento, o que tal vez no es de tus labios;

54. mucho te suplico, Señora mía; Reina, Muchachita mía, que a alguno de los nobles, estimados, que sea conocido, respetado, honrado, le encargues que conduzca, que lleve tu amable aliento, tu amable palabra para que le crean.

55. Porque en verdad yo soy un hombre del campo, soy mecapal, soy parihuela, soy cola, soy ala; yo mismo necesito ser conducido, llevado a cuestas, no es lugar de mi andar ni de mí detenerme allá a donde me envías, Virgencita mía, Hija mía menor, Señora, Niña;

56. por favor dispénsame: afligiré con pena tu rostro, tu corazón; iré a caer en tu enojo, en tu disgusto, Señora Dueña mía".

57. Le respondió la perfecta Virgen, digna de honra y veneración:

58. "ESCUCHA, EL MÁS PEQUEÑO DE MIS HIJOS, TEN POR CIERTO QUE NO SON ESCASOS MIS SERVIDORES, MIS MENSAJEROS, A QUIENES ENCARGUÉ QUE LLEVEN MI ALIENTO MI PALABRA, PARA QUE EFECTÚEN MI VOLUNTAD;

59. PERO ES MUY NECESARIO QUE TÚ, PERSONALMENTE, VAYAS, RUEGUES, QUE POR TU INTERCESIÓN SE REALICE, SE LLEVE A EFECTO MI QUERER, MI VOLUNTAD.

60. Y, MUCHO TE RUEGO, HIJO MÍO EL MENOR, Y CON RIGOR TE MANDO, QUE OTRA VEZ VAYAS MAÑANA A VER AL OBISPO.

61. Y DE MI PARTE HAZLE SABER, HAZLE OÍR MI QUERER, MI VOLUNTAD, PARA QUE REALICE, HAGA MI TEMPLO QUE LE PIDO.

62. Y BIEN, DE NUEVO DILE DE QUÉ MODO YO, PERSONALMENTE, LA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, YO, QUE SOY LA MADRE DE DIOS, TE MANDO".

63. Juan Diego, por su parte, le respondió, le dijo:_ "Señora mía, Reina, Muchachita mía, que no angustie yo con pena tu rostro, tu corazón; con todo gusto iré a poner por obra tu aliento, tu palabra; de ninguna manera lo dejaré de hacer, ni estimo por molesto el camino.

64. Iré a poner en obra tu voluntad, pero tal vez no seré oído, y si fuere oído quizás no seré creído.

65. Mañana en la tarde, cuando se meta el sol, vendré a devolver a tu palabra, a tu aliento, lo que me responda el gobernante sacerdote.

66. Ya me despido de Ti respetuosamente, Hija mía la más pequeña, Jovencita, Señora, Niña mía, descansa otro poquito.

67. Y luego se fue él a su casa a descansar..

68. Al día siguiente, domingo, bien todavía en la nochecilla, todo aún estaba oscuro, de allá salió, de su casa, se vino derecho a Tlatilolco, vino a saber lo que pertenece a Dios y a ser contado en lista; luego para ver al señor obispo.

69. Y a eso de las diez fue cuando ya estuvo preparado: se había oído misa y se había nombrado lista y se había dispersado la multitud.

70. Y Juan Diego luego fue al palacio del señor obispo.

71. Y en cuanto llegó hizo toda la lucha por verlo, y con mucho trabajo otra vez lo vió;

72. a sus pies se hincó, lloró, se puso triste al hablarle, al descubrirle la palabra, el aliento de la Reina del Cielo,

73. que ojalá fuera creída la embajada, la voluntad de la Perfecta Virgen, de hacerle, de erigirle su casita sagrada, en donde había dicho, en donde la quería

74. Y el gobernante obispo muchísimas cosas le preguntó, le investigó, para poder cerciorarse, dónde la había visto, cómo era Ella; todo absolutamente se lo contó al señor obispo.

75. Y aunque todo absolutamente se lo declaró, y en cada cosa vió, admiró que aparecía con toda claridad que Ella era la Perfecta Virgen, la Amable, Maravillosa Madre de Nuestro Salvador Nuestro Señor Jesucristo,

76. sin embargo, no luego se realizó.

77. Dijo que no sólo por su palabra, su petición se haría, se realizaría lo que él pedía,

78. que era muy necesaria alguna otra señal para poder ser creído cómo a él lo enviaba la Reina del Cielo en persona.

79. Tan pronto como lo oyó Juan Diego, le dijo al obispo:

80. "Señor gobernante, considera cuál será la señal que pides, porque luego iré a pedírsela a la Reina del Cielo que me envió".

81. Y habiendo visto el obispo que ratificaba, que en nada vacilaba ni dudaba, luego lo despacha.

82. Y en cuanto se viene, luego le manda a algunos de los de su casa en los que tenía absoluta confianza, que lo vinieran siguiendo, que bien lo observaran a dónde iba, a quién veía, con quién hablaba.

83. Y así se hizo. Y Juan Diego luego se vino derecho. Siguió la calzada.

84. Y los que lo seguían, donde sale la barranca cerca del Tepeyac, en el puente de madera lo vinieron a perder. Y aunque por todas partes buscaron, ya por ninguna lo vieron.

85. Y así se volvieron. No sólo porque con ello se fastidiaron grandemente, sino también porque les impidió su intento, los hizo enojar.

86. Así le fueron a contar al señor obispo, le metieron en la cabeza que no le creyera, le dijeron cómo nomás le contaba mentiras, que nada más inventaba lo que venía a decirle, o que sólo soñaba o imaginaba lo que le decía, lo que le pedía.

87. Y bien así lo determinaron que si otra vez venía, regresaba, allí lo agarrarían, y fuertemente lo castigarían, para que ya no volviera a decir mentiras ni a alborotar a la gente.

88. Entre tanto, Juan Diego estaba con la Santísima Virgen, diciéndole la respuesta que traía del señor obispo;

89. la que, oída por la Señora, le dijo:

90. "BIEN ESTÁ, HIJITO MÍO, VOLVERÁS AQUÌ MAÑANA PARA QUE LLEVES AL OBISPO LA SEÑAL QUE TE HA PEDIDO;

91. CON ESO TE CREERÁ Y ACERCA DE ESTO YA NO DUDARÁ NI DE TI SOSPECHARÁ;

92. Y SÁBETE, HIJITO MÍO, QUE YO TE PAGARÉ TU CUIDADO Y EL TRABAJO Y CANSANCIO QUE POR MÍ HAS EMPRENDIDO;

93. EA, VETE AHORA; QUE MAÑANA AQUÍ TE AGUARDO".

94. Y al día siguiente, lunes, cuando debía llevar Juan Diego alguna señal para ser creído, ya no volvió.

95. Porque cuando fue a llegar a su casa, a un su tío, de nombre Juan Bernardino, se le había asentado la enfermedad, estaba muy grave.

96. Aun fue a llamarle al médico, aún hizo por él, pero ya no era tiempo, ya estaba muy grave.

97. Y cuando anocheció, le rogó su tío que cuando aún fuere de madrugada, cuando aún estuviere oscuro, saliera hacia acá, viniera a llamar a Tlatilolco algún sacerdote para que fuera a confesarlo, para que fuera a prepararlo,

98. porque estaba seguro de que ya era el tiempo, ya el lugar de morir, porque ya no se levantaría, ya no se curaría.

99. Y el martes, siendo todavía mucho muy de noche, de allá vino a salir, de su casa, Juan Diego, a llamar el sacerdote a Tlatilolco,

100. y cuando ya acertó a llegar al lado del cerrito terminación de la sierra, al pie, donde sale el camino, de la parte en que el sol se mete, en donde antes él saliera, dijo:

101. "Si me voy derecho por el camino, no vaya a ser que me vea esta Señora y seguro, como antes, me detendrá para que le lleve la señal al gobernante eclesiástico como me lo mandó;

102. que primero nos deje nuestra tribulación; que antes yo llame deprisa al sacerdote religioso, mi tío no hace más que aguardarlo".

103. En seguida le dio la vuelta al cerro, subió por enmedio y de ahí atravesando, hacia la parte oriental fue a salir, para rápido ir a llegar a México, para que no lo detuviera la Reina del Cielo.

104. Piensa que por donde dio la vuelta no lo podrá ver la que perfectamente a todas partes está mirando.

105. La vio cómo vino a bajar de sobre el cerro, y que de allí lo había estado mirando, de donde antes lo veía.

106. Le vino a salir al encuentro a un lado del cerro, le vino a atajar los paso; le dijo:

107. "¿QUÉ PASA, EL MÁS PEQUEÑO DE MIS HIJOS? ¿A DÓNDE VAS, A DÓNDE TE DIRIGES?":

108. Y él, ¿tal vez un poco se apenó, o quizá se avergonzó? ¿o tal vez de ello se espantó, se puso temeroso?

109. En su presencia se postró, la saludó, le dijo:

110. "Mi Jovencita, Hija mía la más pequeña, Niña mía, ojalá que estés contenta; ¿cómo amaneciste? ¿Acaso sientes bien tu amado cuerpecito, Señora mía, Niña mía?

111. Con pena angustiaré tu rostro, tu corazón: te hago saber, Muchachita mía, que está muy grave un servidor tuyo, tío mío.

112. Una gran enfermedad se le ha asentado, seguro que pronto va a morir de ella.

113. Y ahora iré de prisa a tu casita de México, a llamar a alguno de los amados de Nuestro Señor, de nuestros sacerdotes, para que vaya a confesarlo y a prepararlo,

114. porque en realidad para ello nacimos, los que vinimos a esperar el trabajo de nuestra muerte.

115. Más, si voy a llevarlo a efecto, luego aquí otra vez volveré para ir a llevar tu aliento, tu palabra, Señora, Jovencita mía.

116. Te ruego me perdones, ténme todavía un poco de paciencia, porque con ello no te engaño, Hija mía la menor, Niña mía, mañana sin falta vendré a toda prisa".

117. En cuanto oyó las razones de Juan Diego, le respondió la Piadosa Perfecta Virgen:

118. "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA.

119. ¿NO ESTOY AQUI, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?.

120. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; QUE NOTE APRIETE CON PENA LA ENFERMEDAD DE TU TÍO, PORQUE DE ELLA NO MORIRÁ POR AHORA. TEN POR CIERTO QUE YA ESTÁ BUENO"

121. (Y luego en aquel mismo momento sanó su tío, como después se supo):

122. Y Juan Diego, cuando oyó la amable palabra, el amable aliento de la Reina del Cielo, muchísimo con ello se consoló, bien con ello se apaciguó su corazón,

123. y le suplicó que inmediatamente lo mandara a ver al gobernador obispo, a llevarle algo de señal, de comprobación, para que creyera

124. la Reina Celestial luego le mandó que subiera a la cumbra del cerrillo, en donde antes la veía;

125. Le dijo: "SUBE, HIJO MÍO EL MENOR, A LA CUMBRE DEL CERRILLO, A DONDE ME VISTE Y TE DI ÓRDENES

126. ALLÍ VERÁS QUE HAY VARIADAS FLORES: CÓRTALAS, REÚNELAS, PONLAS TODAS JUNTAS; LUEGO, BAJA AQUÍ; TRÁELAS AQUÍ, A MI PRESENCIA.

127. Y Juan Diego luego subió al cerrillo,

128. y cuando llegó a la cumbre, mucho admiró cuantas había florecidas, abiertas sus corolas, flores las más variadas, bellas y hermosas, cuando todavía no era su tiempo:

129. porque de veras que en aquella sazón arreciaba el hielo;

130. estaban difundiendo un olor suavísimo; como perlas preciosas, como llenas de rocío nocturno.

131. Luego comenzó a cortarlas,, todas las juntó, las puso en el hueco de su tilma.

132. Por cierto que en la cumbre del cerrito no era lugar en que se dieran ningunas flores, sólo abundan los riscos, abrojos, espinas; nopales, mezquites,

133. y si acaso algunas hierbecillas se solían dar, entonces era el mes de diciembre, en que todo lo come, lo destruye el hielo.

134. Y en seguida vino a bajar, vino a traerla a la Niña Celestial las diferentes flores que había ido a cortar,

135. y cuando las vio, con sus venerables manos las tomó;

136. luego otra vez se las vino a poner todas juntas en el hueco de su ayate, le dijo:

137. "MI HIJITO MENOR, ESTAS DIVERSAS FLORES SON LA PRUEBA, LA SEÑAL QUE LLEVARÁS AL OBISPO;

138. DE MI PARTE LE DIRÁS QUE VEA EN ELLAS MI DESEO, Y QUE POR ELLO REALICE MI QUERER, MI VOLUNTAD.

139. Y TÚ..., TÚ QUE ERES MI MENSAJERO...., EN TI ABSOLUTAMENTE SE DEPOSITA LA CONFIANZA;

140. Y MUCHO TE MANDO, CON RIGOR QUE NADA MÁS A SOLAS EN LA PRESENCIA DEL OBISPO EXTIENDAS TU AYATE, Y LE ENSEÑES LO QUE LLEVAS.

141. Y LE CONTARÁS TODO PUNTUALMENTE LE DIRÁS QUE TE MANDÉ QUE SUBIERAS A LA CUMBRE DEL CERRITO A CORTAR FLORES, Y CADA COSA QUE VISTE Y ADMIRASTE,

142. PARA QUE PUEDAS CONVENCER AL GOBERNANTE SACERDOTE, PARA QUE LUEGO PONGA LO QUE ESTÁ DE SU PARTE PARA QUE SE HAGA, SE LEVANTE MI TEMPLO QUE LE HE PEDIDO".

143. Y en cuanto le dio su mandato la Celestial Reina, vino a tomar la calzada, viene derecho a México, ya viene contento.

144. Ya así viene sosegado su corazón, porque vendrá a salir bien, lo llevará perfectamente.

145. Mucho viene cuidando lo que está en el hueco de su vestidura, no vaya a ser que algo tire;

146. viene disfrutando del aroma de las diversas preciosas flores.

147. Cuando vino a llegar al palacio del obispo, lo fueron a encontrar el portero y los demás servidores del sacerdote gobernante,

148. y les suplicó que le dijeran cómo deseaba verlo, pero ninguno quiso, fingían que no le entendían, o tal vez porque aún estaba muy oscuro,

149. o tal vez porque ya lo conocían que nomás los molestaba, los importunaba,

150. y ya les habían contado sus compañeros, los que lo fueron a perder de vista cuando lo fueron siguiendo

151. Durante muchísimo rato estuvo esperando la razón.

152. Y cuando vieron que por muchísimo rato estuvo allí, de pie, cabizbajo, sin hacer nada, por si era llamado, y como que algo traía, lo llevaba en el hueco de su tilma; luego pues, se le acercaron para ver qué traía y desengañarse.

153. Y cuando vio Juan Diego que de ningún modo podía ocultarles lo que llevaba y que por eso lo molestarían, lo empujarían o tal vez lo aporrearían, un poquito les vino a mostrar que eran flores.

154. Y cuando vieron que todas eran finas, variadas flores y que no era tiempo entonces de que se dieran, las admiraron muy mucho, lo frescas que estaban, lo abiertas que tenían sus corolas, lo bien que olían, lo bien que parecían

155. Y quisieron coger y sacar unas cuantas;

156. tres veces sucedió que se atrevieron a cogerlas, pero de ningún modo pudieron hacerlo,

157. porque cuando hacían el intento ya no podían ver las flores, sino que, a modo de pintadas, o bordadas, o cosidas en la tilma las veían.

158. Inmediatamante fueron a decirle al gobernante obispo lo que habían visto,

159. cómo deseaba verlo el indito que otras veces había venido, y que ya hacía muchísimo rato que estaba allí aguardando el permiso, porque quería verlo.

160. Y el gobernante obispo, en cuando lo oyó, dió en la cuenta de que aquello era la prueba para convencerlo, para poner en obra lo que solicitaba el hombrecito.

161. Enseguida dio orden de que pasara a verlo.

162. Y habiendo entrado, en su presencia se postró, como ya antes lo había hecho.

163. Y de nuevo le contó lo que había visto, admirado, y su mensaje.

164. Le dijo:_"Señor mío, gobernante, ya hice, ya llevé a cabo según me mandaste;

165. así fui a decirle a la Señora mi Ama, la Niña Celestial, Santa María, la Amada Madre de Dios, que pedías una prueba para poder creerme, para que le hicieras su casita sagrada, en donde te la pedía que la levantaras;

166. y también le dije que te había dado mi palabra de venir a traerte alguna señal, alguna prueba de su voluntad, como me lo encargaste.

167. Y escuchó bien tu aliento, tu palabra, y recibió con agrado tu petición de la señal, de la prueba, para que se haga, se verifique su amada voluntad.

168. Y ahora, cuando era todavía de noche, me mandó para que otra vez viniera a verte;

169. y le pedí la prueba para ser creído, según había dicho que me la daría, e inmediatamente lo cumplió.

170. Y me mandó a la cumbre del cerrito en donde antes yo la había visto, para que allí cortara diversas rosas de Castilla.

171. Y cuando las fui a cortar, se las fui allevar allá abajo;

172. y con sus santas manos las tomó,

173. de nuevo en el hueco de mi ayate las vino a colocar,

174. para que te las viniera a traer, para que a ti personalmente te las diera.

175. Aunque bien sabía yo que no es lugar donde se den flores la cumbre del cerrito, porque sólo hay abundancia de riscos, abrojos, huizaches, nopales, mezquites, no por ello dudé, no por ello vacilé.

176. Cuando fui a llegar a la cumbre del cerrito miré que ya era el paraíso.

177. Allí estaban ya perfectas todas las diversas flores preciosas, de lo más fino que hay, llenas de rocío, esplendorosas, de modo que luego las fui a cortar;

178. y me dijo que de su parte te las diera, y que ya así yo probaría, que vieras la señal que le pedías para realizar su amada voluntad,

179. y para que aparezca que es verdad mi palabra, mi mensaje,,

180. Aquí las tienes, hazme favor de recibirlas."

181. Y luego extendió su blanca tilma , en cuyo hueco había colocado las flores.

182. Y así como cayeron al suelo todas las variadas flores preciosas,

183. luego allí se convirtió en señal, se apareció de repente la Amada Imagen de la Perfecta Virgen Santa María, Madre de Dios, en la forma y figura en que ahora está,

184. en donde ahora es conservada en su amada casita, en su sagrada casita en el Tepeyac, que se llama Guadalupe.

185. Y en cuanto la vio el obispo gobernante y todos los que allí estaban, se arrodillaron, mucho la admiraron,

186. se pusieron de pie para verla, se entristecieron, se afligieron, suspenso el corazón, el pensamiento.....

187. Y el obispo gobernante con llanto, con tristeza, le rogó, le pidió perdón por no luego haber realizado su voluntad, su venerable aliento, su venerable palabra,

188. y cuando se puso de pie, desató del cuello de donde estaba atada, la vestidura, la tilma de Juan Diego

189. en la que se apareció, en donde se convirtió en señal la Reina Celestial,

190. Y luego la llevó; allá la fue a colocar a su oratorio.

191. Y todavía allí pasó un día Juan Diego en la casa del obispo, aún lo detuvo.

192. Y al día siguiente le dijo:_"Anda, vamos a que muestres dónde es la voluntad de la Reina del Cielo que le erijan su templo.

193. De inmediato se convidó gente para hacerlo, levantarlo,

194. Y Juan Diego, en cuanto mostró en dónde había mandado la Señora del Cielo que se erigiera su casita sagrada, luego pidió permiso:

195. quería ir a su casa para ir a ver a su tío Juan Bernardino, que estaba muy grave cuando lo dejó para ir a llamar a un sacerdote a Tlatilolco para que lo confesara y lo dispusiera, de quien le había dicho la Reina del Cielo que ya había sanado.

196. Pero no lo dejaron ir solo, sino que lo acompañaron a su casa.

197. Y al llegar vieron a su tío que ya estaba sano, absolutamente nada le dolía.

198. Y él, por su parte, mucho admiró la forma en que su sobrino era acompañado y muy honrado;

199. le preguntó a su sobrino por qué así sucedía, el que mucho le honraran;

200. Y él le dijo cómo cuando lo dejó para ir a llamarle un sacerdote para que lo confesara, lo dispusiera, allá en el Tepeyac se le apareció la Señora del Cielo;

201. y lo mandó a México ver al gobernante obispo, para que allí le hicera una casa en el Tepeyac.

202. Y le dijo que no se afligiera, que ya su tío estaba contento, y con ello mucho se consoló.

203. Le dijo su tío que era cierto, que en aquel preciso momento lo sanó,

204. y la vió exactamente en la misma forma en que se le había aparecido a su sobrino,

205. le dijo cómo a él también lo había enviado a México a ver al obispo;

206. y que también, cuando fuera a verlo, que todo absolutamente le descubriera, le platicara lo que había visto

207. y la manera maravillosa en que lo había sanado,

208. y que bien así la llamaría bien así se nombraría; LA PERFECTA VIRGEN SANTA MARIA DE GUADALUPE, su Amada Imagen.

209. Y luego trajeron a Juan Bernardino a la presencia del gobernante obispo, lo trajeron a hablar con él a dar testimonio,

210. y junto con su sobrino Juan Diego, los hospedó en su casa el obispo unos cuantos días,

211. en tanto que se levantó la casita sagrada de la Niña Reina allá en el Tepeyac,; donde se hizo ver de Juan Diego.

212. Y el señor obispo trasladó a la Iglesia Mayor la amada Imagen de la Amada Niña Celestial.

213. La vino a sacar de su palacio, de su oratorio en donde estaba, para que todos la vieran la admiraran, su amada Imagen.

214. Y absolutamente toda esta ciudad, sin faltar nadie, se estremeció cuando vino a ver a admirar su preciosa Imagen.

215. Venían a reconocer su carácter divino.

216. Venían a presentarle sus plegarias.

217. Muchos admiraron en qué milagrosa manera se había aparecido,

218. puesto que absolutamente ningún hombre de la tierra pintó su amada Imagen.

tomado de Univision